Una guitarra por demás desafinada 
 Un frío alquimista que todo transforma en hielo 
 Una canción que de movida está arruinada 
 Y un autoestima ya muy adherido al suelo. 

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 Las esperanzas guardadas en un cajón 
 No tienen pilas, yo qué más le puedo hacer 
 Por Dios qué difícil que se hace componer 
 Cuando me falta tu calor. 

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 Y me resulta imposible sacarla de mi cabeza 
 Un camino de ida y vuelta que termina en la cerveza 
 En la cerveza. 

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 Y ruego a Dios que esto termine para poder ser el de antes 
 Que no llora por mujeres y tiene siempre una amante 
 Siempre una amante. 

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 Ideas que vuelan pero que nunca aterrizan 
 Metáforas como cuentos sin moraleja 
 Del quinto piso está chistándome una vieja 
 Que como yo ya se olvidó de las sonrisas. 

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 Un verso triste que me acaban de vender 
 Y los zapatos que me aprietan el talón 
 Disculpen que sea tan triste mi canción 
 Es que no la volveré a ver. 

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Y tengo miedo a equivocarme, a sufrir, ser lastimado, 
Equivocarme es algo humano pero amarte es un pecado 
Es un pecado. 

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 Y ruego a Dios que esto termine para poder ser el de antes 
 Que no llora por mujeres y tiene siempre una amante 
 Siempre una amante. 

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 Porque conozco yo el calibre de tus besos 
 Ya no me dejo asesinar por esa boca 
 No pongo un pleno más por vos, no tengo un peso,  
 Mejor le cedo a otro el turno que me toca 
 Que me toca. 

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 Y ruego a Dios que esto termine para poder ser el de antes 
 Que no llora por mujeres y tiene siempre una amante 
 Siempre una amante. 

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 Y me resulta imposible sacarla de mi cabeza 
 Un camino de ida y vuelta que termina en la cerveza 
 En la cerveza. 

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 Y tengo miedo a equivocarme, a sufrir, ser lastimado 
 Equivocarme es algo humano pero amarte es un pecado 
 Es un pecado. 

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 Letra: Juan Fernández