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¿Me Juego el Corazón?

 Todavía no echás raíces 
 y ya vas en busca del sol 
 puede ser fuerte el topetazo 
 de querer cantar un blues 
 y no saber qué es un bemol, 
 con alas de oro no se puede volar. 

 Correrme de la parte más oscura 
 boicoteadora que hay en mí 
 no es soplar y hacer botellas, no, 
 pero no quiero a ese cobarde 
 que dice a todo que sí, 


 insomnio tiene el que no está durmiendo 
 con el campeón que habita en sí. 

 Y puede ser más fácil el ruido que las nueces, 
 treinta velas al orgullo y raticida a la humildad. 
  Puede ser más fácil desconfiar de un je t’aime 
 para no tener que afrontar el desafío carpe diem. 

 Si para recobrar lo recobrado 
 debí perder primero lo perdido, 
 si para conseguir lo conseguido 
 tuve que soportar lo soportado, 

 si para estar ahora enamorado 
 fue menester haber estado herido, 
 tengo por bien sufrido lo sufrido, 
 tengo por bien llorado lo llorado. 

 Porque después de todo he comprobado 
 que no se goza bien de lo gozado 
 sino después de haberlo padecido. 

 Porque después de todo he comprendido 
 que lo que el árbol tiene de florido 
 vive de lo que tiene sepultado. (*) 


 ¿Cuántas caricias recibís al día 
 por cagar más de lo normal? 
 La imitación es el peor suicidio 
 teniendo en cuenta que morir nos vamos a morir igual. 
 Morir en vida es tan absurdo, viejo, 
como alterar lo natural. 

 Como la abeja pica y muere obedeciendo a la natura 
 mis entrañas se van en cada canción. 
 Y yo no creo en ese cuento del destino, 
 qué es lo bueno, qué es lo malo, 
 soy buen hombre y ya. 
 ¡Me juego el corazón! 

 Letra: Juan Fernández 

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