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Cubano

 Además de que me abraces, 
 le pedí que me quisiera, 
 pero no era una cualquiera, 
 era una puta con clase. 

 Por cabeza no pedía 
 más ni menos de lo que valía, 
 por cabeza nunca daba 
 más ni menos de lo que cobraba. 

 Pude lograr lo que nunca 
 otro hombre pudo lograr, 
 demostrarle de verdad 
 que había tanta pasión junta. 

 Dentro de mi corazón 
 ahí en su cama desparramado 
 en media hora de infierno 
 toqué el cielo con las manos. 

 Se notaba, en el colchón, 
 más sudor que en cualquier otro, 
 y con caricias intentaba 
 sanar su corazón roto. 

 Porque hace falta mucho más que dinero 
 o propina de segunda 
 para tapar en el alma ese agujero 
 que de amargura se inunda. 

 Y ahora nuestra preciosa dama 
 ya no labura de cama 
 quiere ganar de otra forma la guita, 
 la que antes era Afrodita. 

 Y yo sigo llamándola, 
 pero ya no se viene a dormir, 
 si no hay mal que por bien no venga 
 ¿qué bien te trajo hasta mí? 

 Letra: Juan Fernández 

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